miércoles, 5 de mayo de 2010

Ignacio Gómez (Noticias Uno)

Autor: Jorge Iván Posada, miembro de la Asociación de Periodistas de la Universidad de Antioquia.

Si alguno de los periodistas del país se le debe de reconocer su compromiso con la verdad es a Ignacio Gómez. Desde muy joven este ya versado reportero, integró el equipo de periodistas que de la mano de Guillermo Cano, descubrieron el entramado criminal del Cartel de Medellín. Eran los años 80s y en la sala de redacción de El Espectador la figura de su director, Guillermo Cano, inspiraba pasión por informar libremente a los lectores, compromiso con la verdad y rigurosidad desmedida. Rápidamente las cualidades y la osadía de Ignacio Gómez, quien no tenía más de 27 años, lo llevaron a formar parte del equipo de Periodismo Investigativo de El Espectador, el famoso PIE. Era el año de 1986 y estaba en auge los comandos paramilitares del Magdalena Medio, el grupo financiero Gran Colombiano había dejado en la quiebra a más de 4 mil colombianos, cientos de integrantes de la Unión Patriótica eran asesinados; las desapariciones y violaciones a los derechos humanos eran cometidas por las llamadas “fuerzas oscuras”, y los narcotraficantes engolosinaban al país con sus dineros calientes.

Esa época de terror no pasó de agache por las páginas de El Espectador que persistió en denunciar todas estas injusticias que el país todavía recuerda y por las que sigue clamando acciones judiciales. Pero Pablo Escobar Gaviria a quien Guillermo Cano había señalado de encarnar esa sociedad emergente del delito, se encargó de quitarle la vida. Eran los primeros días de Ignacio Gómez como reportero y su jefe y varios colegas de la misma casa editorial habían sido asesinados. Pero así como tituló el periódico un día después de la muerte de su director, El Espectador siguió adelante de la mano de periodistas que como Ignacio continuaron denunciando el narcotráfico, la corrupción, la impunidad y el asedio a la justicia. Vendrían más cercos sobre el periódico: una bomba en 1989 destruyó casi completamente sus instalaciones, dejó de circular en Medellín donde era el principal diario, más periodistas fueron silenciados, y su crisis financiera se agudizó rápidamente. Ignacio Gómez sería testigo, en ejercicio, de esos 14 años de continúo acoso al medio de comunicación que simbolizaba la lucha por una sociedad más justa y más honesta.

Después de haber sido durante años director del equipo de Periodismo Investigativo de El Espectador, Gómez recibe de su colega Jineth Bedoya la noticia de que grupos paramilitares querían asesinarlo, esto sumado a un sin número de cartas con amenazas que recibió en el año 2000 por varios artículos publicados donde denunciaba la relación de miembros del Ejército con paramiliatares. Situación que forzó su salida del país ese mismo año. Por esos mismos días el segundo diario del país pasaría a publicarse semanalmente.

En el 2001 Ignacio vuelve del exilio y se integra a Noticias Uno como subdirector. Desde entonces ha demostrado que haber pasado durante 14 años por El Espectador no fue en vano. Pese a los insultos, los golpes en la calle y las constantes amenazas, todas las noches en las emisiones de los fines de semana del noticiero Ignacio Gómez sigue adelante. Los televidentes saben que cuando aparece este personaje delgado, de gafas grandes y voz ronca presentando sus investigaciones hay que poner atención. El legado de numerosos periodistas que murieron por ejercer su labor y otros que siguen investigando a rajatabla, está representando en Ignacio Gómez.

Actualmente es miembro del Consorcio Internacional de Periodismo Investigativo, presidente del consejo directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) y consejero del Instituto Prensa y Sociedad Ipys y del Comité de Protección a los Periodistas (CPJ) de Nueva York. Ha recibido numerosos reconocimientos internacionales como el International Press Freedom Award (CPJ-2002), el Amnesty Media Award (Londres, 2000) y la beca Nieman de la Universidad de Harvard (Boston 2000-2001). A su vez ha obtenido cuatro veces el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, en dos oportunidades el premio del Círculo de Periodistas de Bogota (CPB) y en septiembre de 2009 obtuvo junto el equipo de Noticias Uno el premio a mejor trabajo en televisión que entrega la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Con el reportaje titulado "Un crimen casi perfecto", se descubrió que durante el magnicidio del palacio de justicia ocurrido en 1985, el magistrado Carlos Horacio Urán que había sido contado entre los muertos durante la toma y retoma del palacio, salió vivo del edificio.


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