miércoles, 5 de mayo de 2010

El periodista como personaje incómodo

En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, las organizaciones en defensa de la información libre recuerdan que el 90% de los asesinatos de periodistas quedan impunes

Fernando Navarro - Madrid - 03/05/2010

En 2008, Armando Rodríguez investigaba sobre las conexiones del narcotráfico y los cargos gubernamentales en Ciudad Juárez con un trabajo periodístico que bien valía un premio pero, a cambio, un sicario le tiroteó en la puerta de su casa a los ojos de su hija. El periodista era un personaje incómodo para los narcos y los políticos corruptos mexicanos. Le habían amenazado, pero Armando siguió trabajando hasta que los protagonistas de sus investigaciones decidieron acabar con él.

La historia de Armando Rodríguez es la historia de decenas de periodistas. Reporteros que intentan ejercer su trabajo pero acaban con un disparo por la espalda. En los casos más afortunados, los profesionales de la información acaban entre rejas. En el Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra hoy, el barómetro de Reporteros Sin Fronteras (RSF) señala que en lo que va de año han muerto nueve periodistas mientras que 165 han sido encarcelados. También recoge que al menos 120 personas han sido detenidas por informar a través de Internet, que se ha convertido en un medio cada día más vigilado por las autoridades en países como Irán, Rusia o Cuba.

El Comité para la Protección de los Periodistas(CPJ, por sus siglas en inglés) recuerda que el 90% de estos asesinatos quedan impunes. La falta de voluntad política, la autocensura o el miedo a las represalias de mafias o grupos extremistas son las causas más comunes para no investigarlos. En este último apartado, Reporteros Sin Fronteras habla de predadores de la libertad de prensa. Políticos, dirigentes de instituciones del Estado, jefes religiosos, milicias y organizaciones criminales que están por encima de la ley y atacan directamente a los periodistas, a los que considera su bestia negra.

Para esta organización, los terroristas de ETA son la mayor amenaza para la información libre en España. En América Latina, la violencia tiene predadores bien definidos distribuidos en distintos países: en México, los narcotraficantes; en Cuba, el Gobierno; en Colombia, las FARC y los grupos paramilitares. Para el CPJ, con sede en Nueva York, el caso mexicano es cada día más alarmante. "México es un descalabro. No he visto nada igual en mi vida. El clima de autocensura es brutal. No tiene ninguna comparación, ni siquiera con los peores de años de Colombia. Hay una fuerza corruptora tremenda", asegura Carlos Lauría, portavoz para las Américas del CPJ.

El informe de RSF ilustra la trágica situación en 40 países y pone nombres a los poderes que intentan acallar a los periodistas. En una línea similar, el CPJ elabora su propia lista geográfica y sitúa a Irak, Somalia, Filipinas y Sri Lanka como los países que ocupan el puesto más alto en el ranking de Estados que menos hacen por investigar los asesinatos de periodistas.
El CPJ también ha elaborado una lista con los 10 casos de asesinatos de profesionales de la información sin resolver. "Instamos a las autoridades a que resuelvan estos casos", señala Lauría. Durante más de dos décadas, las organizaciones a favor de la libertad de prensa se han documentado de los crímenes impunes. Ante la falta de un proceso contra los responsables de estas muertes, estas organizaciones, como el CPJ, reúnen esfuerzos para buscar justicia en los asesinatos de periodistas.

Los 10 casos de asesinatos sin resolver

1. La masacre de Maguindanao, Filipinas, 2009
En el hecho más letal contra la prensa: 30 periodistas y dos asistentes de prensa fueron asesinados en la provincia de Maguindanao, el 23 de noviembre de 2009. Los periodistas formaban parte de una delegación que acompañaba a partidarios de un político local a presentar las credenciales de su candidatura para gobernador. Las autoridades aseguraron que un clan político rival fue responsable de la terrible masacre, que causó 57 víctimas mortales.

2. Anna Politkovskaya, Rusia, 2006
Anna Politkovskaya no se dejó intimidar por amenazas mientras investigaba las brutalidades del conflicto separatista en Chechenia. Politkovskaya fue detenida por soldados rusos quienes la arrojaron a una fosa. También sobrevivió a un intento de envenenamiento. Pero el 7 de octubre de 2006, un sicario le disparó en su apartamento de Moscú.

3. Lasantha Wickramatunga, Sri Lanka, 2009
Lasantha Wickramatunga anticipó su propio asesinato en un artículo que escribió poco antes de su muerte. "Un número indeterminado de periodistas han sido atacados, amenazados y asesinados", escribió en una nota publicada tres días antes del crimen. "Ha sido mi honor pertenecer a todas estas categorías, especialmente a la última", concluye en su artículo. Wickramatunga, editor general de The Sunday Leader, fue una figura prominente en el periodismo de Sri Lanka; alguien que incomodó al Gobierno en numerosas oportunidades en sus 25 años de trayectoria.

4. Samir Qassir y Gebran Tueni, Líbano, 2005
Los periodistas libaneses que se atrevieron a criticar a Siria fueron víctimas de una serie de ataques perpetrados con explosivos en 2005, el mismo año que el ex primer ministro Rafiq al-Hariri fue asesinado. El 2 de junio de 2005, un coche bomba en Beirut mató a Samir Qassir, uno de los periodistas más atrevidos en el Líbano. Durante años, las polémicas columnas de Qassir en el diario Al-Nahar apuntaron contra el gobierno sirio y sus aliados libaneses. El 12 de diciembre, Gebran Tueni, director de Al-Nahar y un crítico de las políticas de Siria, también fue asesinado por una bomba dirigida contra su automóvil blindado en el este de Beirut.

5. Armando Rodríguez, México, 2008
Días antes de ser asesinado, Armando Rodríguez había escrito un artículo acusando al sobrino de la procuradora estatal de supuestos vínculos con el narcotráfico mexicano. El 13 de noviembre de 2008, Rodríguez fue disparado mientras estaba sentado en su automóvil en la entrada de su casa. Un investigador federal asignado al caso fue asesinado; un mes más tarde, su sucesor también fue ejecutado.

6. Soran Mama Hama, Irak, 2008
Soran Mama Hama trabajó en la peligrosa ciudad de Kirkuk, pero no fue un conflicto sectario el que condujo a hombres armados hasta su casa el 21 de julio de 2008. Mama Hama, reportero de la revista Livin con sede en Sulaymaniyah, destapó un escándalo de prostitución en Kirkuk. En lo que fue su último artículo, Mama Hama aseguró que tenía nombres de "comandantes, tenientes, coroneles y otros oficiales de policía y seguridad" quienes eran clientes.

7. Deyda Hydara, Gambia, 2004
Deyda Hydara, fundador del periódico independiente The Point, incomodó al Presidente Yahya Jammeh en numerosas ocasiones, particularmente sobre las políticas agresivas de su gobierno contra la prensa. Cuando Jammeh lo amenazó con enterrar a periodistas Hydara calificó los comentarios del presidente como "reprochables". En la noche del 16 de diciembre de 2004, mientras Hydara conducía hacia su casa desde su oficina en Banjul, le dispararon desde un taxi en la cabeza y el pecho.

8. Hayatullah Khan, Pakistán, 2006
Hayatullah Khan incomodó al Presidente Pervez Musharraf al proveer algunas de las primeras evidencias de que Estados Unidos estaba operando dentro de Pakistán. El 4 de diciembre de 2005, el periodista fotografió los restos de un misil Hellfire que había matado a uno de los líderes de Al-Qaeda, Abu Hamza Rabia, en Haisori en el norte de Waziristán. Khan fue secuestrado por cinco hombres en una camioneta Toyota al día siguiente y no fue visto desde entonces durante seis meses. El 16 de junio, el cuerpo demacrado de Kahn, todavía vestido con la ropa que usaba cuando fuera secuestrado, fue arrojado en el pueblo de Mirah Shah.

9. Elmar Huseynov, Azerbaiján, 2005
Elmar Huseynov, editor del semanario de oposición Monitor en Baku, había hecho una dura crítica al presidente Ilham Aliyev. El 2 de marzo de 2005, el periodista recibió una ráfaga de disparos en la escalera de su edificio. La luz de la entrada del edificio fue desactivada y las líneas telefónicas del vecindario fueron cortadas. Dos años después, un ex colega llamado Eynulla Fatullayev publicó una investigación exhaustiva sobre el asesinato no resuelto, alegando que la muerte de Huseynov fue ordenada por altos funcionarios en Baku y ejecutada por un grupo criminal.

10. Norbert Zongo, Burkina Faso, 1998
Zongo, editor del semanario L'Indépendant, fue uno de los más prominentes periodistas de investigación en el país del oeste africano. En 1998, Zongo investigó acusaciones que indicaban que François Compaoré, hermano y asesor especial del presidente Blaise Compaoré, había participado en un reciente asesinato. El 13 de diciembre de 1998, en una estrecha y solitaria ruta al sur de Ougadougou, un hombre armado disparó a Zongo, a su hermano y a dos acompañantes.

Andrés Morales Arciniegas (Flip)

Autor: Jorge Iván Posada, miembro de la Asociación de Periodistas de la Universidad de Antioquia.

Abogado especialista en Derechos Humanos, Derecho Constitucional y el Derecho Público. Es egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes y realizó la Especialización en Periodismo en la misma institución. A su vez estudió Derecho Internacional y Comparado en la Universidad de Robert Schuman de Estrasburgo. Desde entonces, y en distintos frentes, ha trabajado por el cumplimiento de los derechos a la información. Antes de llegar a la dirección de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), Andrés Morales se desempeñó como asesor para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud), como parte del proyecto para el fortalecimiento de la democracia en Colombia. Allí lideró el componente orientado a los medios de comunicación para la democracia. Eso es precisamente lo que ha realizado desde su arribo a la Flip, velar por el cumplimiento de los derechos constitucionales del periodismo en el país: la libertad de prensa, la libertad de expresión y el acceso a la información.

Las labores de la Flip, en cabeza de Andrés Morales, se desarrollan en un contexto donde si bien el asesinato a periodistas ha desminuido en Colombia, el estado de la libertad de prensa respecto al 2009 no ha cambiado. En su último informe esta organización aseguró que la obstrucción al trabajo periodístico “aumentó en forma dramática a raíz de las operaciones ilegales de inteligencia contra periodistas (interceptaciones y seguimientos) por parte del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), la agencia de inteligencia estatal. Del escándalo se han confirmado 16 casos contra periodistas, no obstante, el fenómeno puede haber abarcado a mas personas y puede haber incluido delitos como la planeación por parte de agentes estatales de cómo intimidar a una periodista.” A su vez la Fundación para la Libertad de Prensa registró el asesinato de un periodista por razones de oficio: José Everardo Aguilar de Radio Súper en Patía, Cauca. En total en el 2009 la Flip contabilizó un total de 157 violaciones a la libertad de prensa que dejaron 258 víctimas.

Vale recordar que uno de los restos que tiene la Flip es liderar el debate para que la legislación colombiana asuma el ejercicio del periodismo como una profesión y no como un oficio, como hoy en día así lo interpreta. Según la Corte Constitucional, los periodistas simplemente practican un oficio o un arte a través de un derecho consagrado como fundamental: el de informar y ser informado (artículo 21 de la Constitución). Y como subsidiarios de ese derecho, los periodistas tienen una responsabilidad social y para cumplir con ella se forman en idoneidad en la academia. Allí aprenden de teoría, metodología y de ética periodista. La pregunta es ¿para la Corte Constitucional sigue siendo lo mismo un periodista formado en una universidad, y un ciudadano que hace uso del derecho a informar y ser informado?

Esta figura, precisamente, le ha permitido a las empresas periodísticas pagarles sueldos de artesanos o de aprendices de un oficio a sus reporteros. La radiografía es contundente: según un estudio reciente, hecho por la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Sabana, para la mayoría de los periodistas colombianos sus salarios oscilan, en promedio, entre los 500 mil y los dos millones de pesos, trabajan entre ocho y diez horas al día, y no tienen muchas posibilidades de realizar postgrados. De los 370 periodistas encuestados, ubicados en distintos lugares del país, el 51% aseguró que ganan entre 500 mil pesos y un millón al mes.

Hollman Felipe Morris Rincón (Morris Producciones)

Autor: Jorge Iván Posada, miembro de la Asociación de Periodistas de la Universidad de Antioquia.

Símbolo del periodismo independiente en Colombia, es un profesional honesto, y para muchos, polémico. Durante los dos gobiernos de Álvaro Uribe Vélez ha sido el reportero más estigmatizado y amenazado por atreverse a ejercer su labor a rajatabla. Tercamente ha insistido, desde su programa Contravía, en mostrarle al país la existencia de un conflicto armado en un contexto donde los medios de comunicación han replicado, sin cuestionar, la idea acuñada por el gobierno: desde el fracaso de los diálogos de El Caguán el país afronta una amenaza terrorista, y ese es el único problema que hay que resolver. Auspiciado por la Unión Europea, en el 2003 nace un programa periodístico de 30 minutos para la televisión: Contravía, una propuesta de varias organizaciones no gubernamentales de darle a los colombianos elementos de juicio para comprender porqué seguimos viviendo en medio de una confrontación bélica. En 227 capítulos han sido entrevistados todos los actores del conflicto: paramilitares, guerrilla y narcotraficantes, en contraste con el formato impuesto de los grandes medios, donde se debe divulgar y defender la verdad que profesan las instituciones y ceñirse al libreto de los comunicados, boletines y ruedas de prensa oficiales.

Pero lo más importante, y es allí donde reside el gran aporte de Contravía, es que las víctimas son las protagonistas de las historias. Realizando un periodismo que rescata lo fundamental, es decir, la reportería, Hollman Morris ha llegado hasta el país rural, subiendo y bajando montañas y navegando ríos, para mostrar a los indígenas, afrocolombianos y campesinos, trabajando, riéndose y protestando en medio de la guerra que todos los días padecen. Contravía obtuvo el premio internacional Nuevo Periodismo Iberoamericano en el 2007, en la categoría de televisión, con el programa Toribío, la guerra en el cauca (2005). El jurado resaltó la relevancia social del tema, la actitud ética del periodista frente a los actores y las víctimas y la estructura narrativa del reportaje. Con su otra apuesta, “por un país con memoria y sin impunidad”, Morris ganó en el 2004 el Premio Nacional Simón Bolívar por la crónica El asesinato de Jaime Garzón (2003), un programa donde evidenció que el DAS había desviado la investigación sobre las circunstancias en las que fue asesinado el humorista y periodista y quiénes fueron sus autores intelectuales y materiales.

Ese mismo año, Contravía fue reconocido como el mejor programa periodístico de la televisión colombiana en los premios India Catalina. Desde ese momento las interceptaciones telefónicas, amenazas y seguimientos ilegales aumentaron sobre Hollman Morris, su equipo periodístico y su familia. Pese a la protección especial de la que goza por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el reconocimiento y prestigio internacional, la vida de Morris sigue en peligro. Ese es el precio que ha pagado en un país donde la policía de inteligencia, de manera criminal, durante más de 4 años lo convirtió uno de sus “blancos” políticos para desprestigiarlo y perseguirlo; y donde el mismo Presidente lo ha llamado “periodista cómplice del terrorismo”. Mucho le debe la democracia colombiana a Hollman Morris, tanto, que la justicia le ha dado la razón a las víctimas que han contado sus historias a través de Contravía. En el año 2007 Human Rights Watch le otorgó un reconocimiento especial por su labor en la defensa de los derechos humanos. Recientemente fue seleccionado por la beca Niemam Fellow de la Universidad de Harvard.





Ignacio Gómez (Noticias Uno)

Autor: Jorge Iván Posada, miembro de la Asociación de Periodistas de la Universidad de Antioquia.

Si alguno de los periodistas del país se le debe de reconocer su compromiso con la verdad es a Ignacio Gómez. Desde muy joven este ya versado reportero, integró el equipo de periodistas que de la mano de Guillermo Cano, descubrieron el entramado criminal del Cartel de Medellín. Eran los años 80s y en la sala de redacción de El Espectador la figura de su director, Guillermo Cano, inspiraba pasión por informar libremente a los lectores, compromiso con la verdad y rigurosidad desmedida. Rápidamente las cualidades y la osadía de Ignacio Gómez, quien no tenía más de 27 años, lo llevaron a formar parte del equipo de Periodismo Investigativo de El Espectador, el famoso PIE. Era el año de 1986 y estaba en auge los comandos paramilitares del Magdalena Medio, el grupo financiero Gran Colombiano había dejado en la quiebra a más de 4 mil colombianos, cientos de integrantes de la Unión Patriótica eran asesinados; las desapariciones y violaciones a los derechos humanos eran cometidas por las llamadas “fuerzas oscuras”, y los narcotraficantes engolosinaban al país con sus dineros calientes.

Esa época de terror no pasó de agache por las páginas de El Espectador que persistió en denunciar todas estas injusticias que el país todavía recuerda y por las que sigue clamando acciones judiciales. Pero Pablo Escobar Gaviria a quien Guillermo Cano había señalado de encarnar esa sociedad emergente del delito, se encargó de quitarle la vida. Eran los primeros días de Ignacio Gómez como reportero y su jefe y varios colegas de la misma casa editorial habían sido asesinados. Pero así como tituló el periódico un día después de la muerte de su director, El Espectador siguió adelante de la mano de periodistas que como Ignacio continuaron denunciando el narcotráfico, la corrupción, la impunidad y el asedio a la justicia. Vendrían más cercos sobre el periódico: una bomba en 1989 destruyó casi completamente sus instalaciones, dejó de circular en Medellín donde era el principal diario, más periodistas fueron silenciados, y su crisis financiera se agudizó rápidamente. Ignacio Gómez sería testigo, en ejercicio, de esos 14 años de continúo acoso al medio de comunicación que simbolizaba la lucha por una sociedad más justa y más honesta.

Después de haber sido durante años director del equipo de Periodismo Investigativo de El Espectador, Gómez recibe de su colega Jineth Bedoya la noticia de que grupos paramilitares querían asesinarlo, esto sumado a un sin número de cartas con amenazas que recibió en el año 2000 por varios artículos publicados donde denunciaba la relación de miembros del Ejército con paramiliatares. Situación que forzó su salida del país ese mismo año. Por esos mismos días el segundo diario del país pasaría a publicarse semanalmente.

En el 2001 Ignacio vuelve del exilio y se integra a Noticias Uno como subdirector. Desde entonces ha demostrado que haber pasado durante 14 años por El Espectador no fue en vano. Pese a los insultos, los golpes en la calle y las constantes amenazas, todas las noches en las emisiones de los fines de semana del noticiero Ignacio Gómez sigue adelante. Los televidentes saben que cuando aparece este personaje delgado, de gafas grandes y voz ronca presentando sus investigaciones hay que poner atención. El legado de numerosos periodistas que murieron por ejercer su labor y otros que siguen investigando a rajatabla, está representando en Ignacio Gómez.

Actualmente es miembro del Consorcio Internacional de Periodismo Investigativo, presidente del consejo directivo de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip) y consejero del Instituto Prensa y Sociedad Ipys y del Comité de Protección a los Periodistas (CPJ) de Nueva York. Ha recibido numerosos reconocimientos internacionales como el International Press Freedom Award (CPJ-2002), el Amnesty Media Award (Londres, 2000) y la beca Nieman de la Universidad de Harvard (Boston 2000-2001). A su vez ha obtenido cuatro veces el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar, en dos oportunidades el premio del Círculo de Periodistas de Bogota (CPB) y en septiembre de 2009 obtuvo junto el equipo de Noticias Uno el premio a mejor trabajo en televisión que entrega la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Con el reportaje titulado "Un crimen casi perfecto", se descubrió que durante el magnicidio del palacio de justicia ocurrido en 1985, el magistrado Carlos Horacio Urán que había sido contado entre los muertos durante la toma y retoma del palacio, salió vivo del edificio.


sábado, 1 de mayo de 2010

¿Libertad de prensa en Colombia?

La cita será el jueves 6 de mayo del 2010 en la Universidad de Antioquia.

Invitados:
Ignacio Gómez (Noticias Uno)
Hollman Morris (Morris Producciones)
Andrés Morales (FLIP)

- Foro: ¿Libertad de prensa en Colombia? 6:30 pm
Moderan: Héctor Rincón y Raúl Osorio

- Reconocimientos a periodistas locales. 8:00 pm
Gonzalo Medina, Pascual Gaviria y Reinaldo Spitaletta

- Jornada de formación: Fuentes e investigación periodística. 2:30 pm Moderan: Patricia Nieto y Juan Diego Restrepo

- Cierre de la jornada e integración. 8:30 pm

Las actividades académicas se realizarán en el
Auditorio del Edificio de Extensión de la U. de A.

***
El objetivo es reflexionar desde la academia, como escenario natural para el análisis y la deliberación, acerca del quehacer y la investigación periodística, los desafíos en el ejercicio de la profesión, la censura, y las alternativas para ejercer la libertad de expresión en la actualidad.

Los periodistas Ignacio Gómez y Hollman Morris, y el director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), el abogado Andrés Morales, estarán en Medellín el jueves 6 de mayo como invitados a reflexionar en una jornada académica a propósito del Día Mundial de la Libertad de Prensa.

El evento es también un acto de reconocimiento de las asociaciones de egresados de Comunicación y de Periodismo y del Programa de Egresados de la Universidad de Antioquia a los 50 años de la creación de la Escuela de Periodismo y los veinte de la Facultad de Comunicaciones de la misma institución.

Organizan:

* Asociación de Periodistas de la Universidad de Antioquia
* Círculo de Periodistas y Comunicadores de Antioquia – CIPA
* Asociación de Periodistas de Antioquia - APA
* Asociación de Egresados de la Facultad de Comunicaciones de la UdeA
* Facultad de Comunicaciones de la UdeA
* Programa de Egresados de la UdeA
Entrada libre

Teléfonos: 219 98 20 - 219 98 23
Email: programaegresadosudea@gmail.com, asociaciondeperiodistasudea@gmail.com